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Sociedad civil en Hidalgo, a romper contra la democracia elitista. I

18 Jul 13 - 12:04

Jueves, 18 de Julio de 2013

Sociedad civil en Hidalgo, a romper contra la democracia elitista. I

Voz Ciudadana
Alfredo Alcalá Montaño

Después de la elección del pasado domingo 7 de julio, aun se resiente lo que bien podríamos llamar una resaca electoral, o en otras palabras la sensación de que la democracia representativa en Hidalgo es como una gelatina insípida que no termina de cuajar.

De ello se desprende la importancia de tener claro que la democracia no va sola, que no se construye de arriba hacia abajo. La democracia se construye desde y con la sociedad. La clase política debe dotar de las herramientas necesarias para que la Voz y la Participación Ciudadana, sea escuchada y tomada en cuenta.

La sociedad civil, en medio de una democracia elitista.

Un pilar de las democracias modernas es la sociedad civil, cuya presencia y participación ha sido importante por dos vías, primero para impulsar la democratización de los estados autoritarios, y por otro limitar el poder en los estados democráticos, ya que la sociedad civil es generadora de las bases que restringen el excesivo poder estatal, a través del impulso de instituciones políticas democráticas como los medios más efectivos que permitan realizar ese control.

La sociedad civil, actualmente es la principal detonadora de la construcción de una democracia participativa, sin embargo esto nos lleva a enfrentarnos a la teoría de la democracia elitista. De aquí encontramos que para Shumpeter el método democrático consiste en un arreglo institucional para llegar a decisiones políticas en el que los individuos adquieren poder para decidir mediante una lucha competitiva por el voto del pueblo. Es decir, de acuerdo a esta teoría y visión política, la participación de la sociedad no es considerada la base del modelo elitista, ya que la democracia solo es considerada como un método procedimental cuyo único objetivo es la elección de representantes y gobernantes.

Según el concepto moderno de democracia, el poder y la forma en que se adquiere, es lo que hace que se distingan a las sociedades democráticas de las no democráticas, -siendo un elemento importante el que se respete algún conjunto básico de derechos civiles y se realicen claro está, elecciones periódicas competitivas sobre la base del voto universal-. Sin embargo la democracia elitista, solo plantea que las elites acepten la alternancia en el poder y ésta ocurra tranquilamente sin violencia o discontinuidad institucional y la toma de decisiones implique la concertación de compromisos entre ellas, pero además que exista una aceptación pasiva por parte de la población (ni siquiera considerada ciudadanía como tal), con esto podemos considerar democrática la organización política de un Estado.

En este caso, el principal interés no es la sociedad, lo es obviamente la habilidad del gobierno para producir decisiones y para conseguir que se las acepte de parte de la población sin cuestionamientos.

Así observamos como el modelo elitista de democracia, busca proporcionar una justificación y explicación para aquellos estados que se consideran democráticos, aunque en realidad persigan o mantengan una forma de organización autoritaria.

Bajo este modelo en el que nos encontramos, no hay ninguna pretensión de que los votantes establezcan la agenda política o tomen las decisiones políticas; ellos ni generan los temas a tratar ni eligen las políticas. Más bien, lo lideres (partidos políticos) agregan intereses y deciden cuales habrán de ser relevantes políticamente.

Además ellos seleccionan los temas y estructuran la opinión pública. La verdadera función del voto es simplemente elegir entre las diferentes élites políticas que aspiran al poder y aceptar su liderazgo.

En concreto, el centro de este modelo de democracia es la competencia por la búsqueda y retención del poder político, así como por el control de las tomas de decisiones. Reduciendo la participación ciudadana a la sanción de sus gobernantes y representantes mediante los votos, fomentando una sociedad pasiva que solo contemple como las elites políticas compiten por los votos en búsqueda del poder político. Según esta visión las cosas serán justas, ya que las autoridades se harán responsables de sus acciones ante los ciudadanos y además responderán a sus múltiples demandas. Sin embargo al no existir canales de interlocución entre las autoridades y ante la ausencia de grupos organizados sin vínculos partidarios, las elites políticas definen las problemáticas a atender

En este modelo elitista, no encontramos que la democracia sea vista como un principio que otorga legitimidad, ni como un conjunto de prácticas sociales que deriven en una mayor calidad de vida…

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