En Hidalgo, ¿los partidos a quien representan?
Voz Ciudadana
Alfredo Alcalá Montaño
Los resultados del pasado proceso electoral, son una demostración de la grave situación en que se encuentra nuestro sistema electoral, pues ya no es capaz de dotar de legitimidad ni representación a quien obtiene el mayor número de votación.
¿Cómo ser ganador, cuando lo que predominó fue la abstención? ¿Cómo tener representación con ínfimos niveles de participación? Y lo más grave aún, ¿Cómo festejar cuando el voto nulo marco la elección?
Con la abstención, adiós a la representación.
Los resultados electorales son un fiel reflejo de la realidad electoral que impera en la entidad y a nivel nacional, donde lo único cierto es que la ciudadanía no salió a votar, las causas pueden ser muchas, pero ninguna es absoluta. Tal vez sea porque la ciudadanía no cree y sigue sin querer creer las grandes pero vacías promesas de campaña, o porque las candidaturas no lograron seducir al electorado, o simplemente porque ya se agotó la confianza hacia los partidos políticos, quienes son considerados como los más corruptos, de acuerdo a la percepción de la sociedad, según transparencia internacional; pero de todo, lo más grave es que los bajos niveles de participación, reflejan un desencanto hacia la democracia, la cual debería resolver los graves y grandes problemas sociales, como el desempleo, la inseguridad, la desigualdad, la marginación y el rezago social, lo cual no ha sucedido.
“Cuando los niveles de abstención alcanzan el 60% podemos decir que nadie gana, la democracia pierde”.
¿Cuánto representan los partidos realmente?
Si bien cada partido dice contar con un amplio apoyo de la sociedad, el resultado electoral de acuerdo al Programa de Resultados Preliminares (PREP), nos ayuda a tener un mejor pulso de la sociedad.
Tomando como referencia el total de votos emitidos con relación no al total de la población, sino tan solo la lista nominal, es decir aquellas personas con posibilidades de votar, estaríamos hablando que el partido que más votos tuvo, que es el PRI, tan solo representa al 17.2% del electorado el PANAL al 7.5%; PRD al 4.89%; PAN al 4.23%; el PVEM al 1.91%; el PT al 1.05% y el partido que menos votos tuvo que fue Movimiento Ciudadano, tan solo representa al 0.63% de la población.
Sin embargo, los partidos en un intento de dotarse de legitimidad buscan tomar como referencia tan solo el número de personas que votaron, de esta manera la percepción es radicalmente distinta: PRI, 43.4%; PANAL, 19%; PRD, 12.3%; PAN, 10.6%; PVEM, 4.8%; PT, 2.6%; MC, 1.58%
Hoy día los resultados no pueden ser tomados de esta manera, sobre todo la abstención no puede ser ignorada, de hecho debe ser tomada con mucha seriedad, pues es un indicador del sentir de la sociedad, aunado a la importancia del voto nulo. Por eso debemos impulsar que los “Recursos públicos que se otorgan a los partidos, sean de acuerdo a la real representación social”.
Voto nulo, la quinta fuerza electoral.
Uno de los datos que no puede pasar desapercibido es que el voto nulo fue mayor que incluso el partido que será la segunda fuerza en el congreso, como lo es el PVEM.
El voto nulo represento el 4.96% de la votación, muy por arriba de la votación de tres partidos con registro nacional, como es Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista.
Esto significa no solo que la abstención gano, sino que el voto nulo también busca ser tomada en cuenta como una clara manifestación de la sociedad, para que el actual sistema de partidos en Hidalgo cambie, es decir, que exista una real competencia y competitividad en la lucha por el poder. Los monopolios no son buenos, ni en política, la competencia permite dotar de dinamismo a un desgastado sistema político.
Y para clarificar aún más la fragilidad y crisis de la democracia representativa en la entidad, tendríamos que descontar el voto nulo, como voto válido a los partidos. Y de esta manera diríamos que sumando todos los votos, los partidos en su conjunto solo representan al 37% de la sociedad, es decir ni todos los partidos juntos, logran representar a la mitad del electorado, lo cual es preocupante y no tiene ninguna justificación.
Que el voto nulo cuente y se cuente.
Los resultados electorales obligan a los partidos a replantearse y refundarse para ser auténticos medios de representación. Nadie puede celebrar y festejar, porque en este momento ningún partido, ningún candidato, es realmente representativo. Tal vez ganaron una elección o un espacio a través de la representación proporcional, pero no obtuvieron una real representación.
Este resultado obliga a la clase política a ser mesurada, crítica y autocrítica. En este momento no hay nada que festejar y mucho por lo que hay que trabajar.
“Por una sociedad libre de discriminación y de violencia”
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