Todos y todas contra la esclavitud y explotación infantil

En días pasados el 16 de abril, se conmemoro el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil. Y lo recordamos con dolor e indignación, porque fue un día en que el niño pakistaní Iqbal Masih, católico, militante de la sección infantil del Frente de Liberación del Trabajo Forzado de Pakistán, fue asesinado mientras iba en bicicleta en 1995 a la edad de 12 años por la mafia de la tapicería. Ello ocurrió después de que alzo la voz ciudadana, para que cerraran diversas empresas en las que todos los que ahí trabajaban eran niños esclavos. El ejemplo de Iqbal Masih tuvo una trascendencia mundial, por su activismo fue premiado en Estocolmo y Boston, de hecho utilizo el premio que le otorgaron, para abrir una escuela destinada a toda la niñez. Iqbal tenía un sueño antes de ser asesinado de un disparo, ser abogado y luchar contra la esclavitud mundial.

Hoy en este espacio reconocemos la historia de Iqbal Masih, él tenía tan solo cuatro años cuando su padre lo cedió a una fábrica de alfombras en Punjab por un préstamo de 600 rupias (11 dólares). Iqbal empezó a trabajar más de 12 horas diarias para devolver el préstamo familiar, que llegó a ser años más tarde de hasta 13,000 rupias (250 dólares), debido a las altas tasas de interés. A los 9 años, Iqbal Masih conoció a Ehsan Khan, un luchador contra el trabajo esclavo, y a partir de 1993 se convirtió en un líder infantil que denunciaba las condiciones laborales, los horarios y el régimen de esclavitud en el que “aun” viven las y los niños trabajadores en el mundo.

El trabajo infantil en el mundo

Hoy día, de acuerdo al Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se estima que millones de niñas trabajan como sirvientas domésticas y asistentas sin salario en el hogar y son especialmente vulnerables a la explotación y el maltrato. Otros millones de niños trabajan bajo circunstancias terribles: pueden ser víctimas de la trata (1,2 millones), víctimas de la servidumbre por deuda u otras formas de esclavitud (5,7 millones), víctimas de la prostitución y/o la pornografía (1,8 millones) o reclutados como niños soldados en los conflictos armados (300,000).

La explotación infantil por región es:

a) Asia y Pacífico alberga el mayor número de niños y niñas trabajadores en el grupo de edad de 5 a 14 años, 127,3 millones en total (19% de los niños y niñas que trabajan en la región);

b) en África subsahariana hay alrededor de 48 millones de niños que trabajan. Casi uno de cada tres menores de 15 años (29%) es activo económicamente;

c) en América Latina y el Caribe cerca del 16% de los niños y niñas de la región trabajan;

d) un 15% de los niños y niñas de Oriente Medio y África del Norte trabajan;

Además, se calcula que 246 millones de niños y niñas son víctimas del trabajo infantil. Cerca de un 70% (171 millones) de ellos trabajan en condiciones peligrosas, que incluyen la minería, labores agrícolas con productos sometidos a químicos y pesticidas o el manejo de maquinaria peligrosa. En este día del niño, debemos recordar que la educación es clave para frenar esta tendencia.

Todos los niños y niñas que sufren la esclavitud son considerados como un objeto por parte de sus “dueños”, quienes los humillan, los someten a abusos, los alquilan o los venden a otro “dueño”.

De acuerdo a los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay más de 100 millones de niños en el mundo están expuestos a las peores formas de trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos, esclavitud, y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y prostitución, así como su participación involuntaria en los conflictos armados.

Las niñas y los niños que son vulnerables, se encuentran en todas partes, pero son invisibles; trabajan como sirvientes domésticos en casas, están ocultos tras las paredes de talleres o se encuentran fuera de la vista del público en plantaciones. Hoy una de las peores formas de explotación infantil, lo vemos en las grandes cadenas comerciales, quienes explotan a los llamados “cerillitos” (empacadores), a quienes no les brindan ningún tipo de seguridad social, y ningún tipo de paga, tan solo reciben las monedas que los clientes les dan. Es momento para que el Estado mexicano garantice los derechos de las y los niños y se ponga un alto a la esclavitud y explotación infantil.

“Alto a la violencia en Siria que afecta a las niñas y niños y a sus familias”

“Por una sociedad libre de discriminación y de violencia”

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