La propuesta de crear un mando único de la policía, es derivado del bajo nivel de profesionalización de las policías de todo el país, sean federales municipales y estatales. Pero sobre todo, es una respuesta al bajo nivel de confianza que se tiene, sobre una de las instituciones pilares de cualquier sistema político.
Las instituciones policiacas, en esencia deberían ser las principales aliadas de la ciudadanía. Sin embargo nuestra realidad es otra. La percepción hacia las instituciones policiacas es de desconcierto y desconfianza. De ahí tendríamos que partir para entender, “el por qué” están surgiendo grupos comunitarios organizados. Quienes en teoría buscan, a través de sus propios medios, construir un entorno propicio libre de violencia y delincuencia.
¿Quién manda en México?
En términos discursivos, la democracia es el poder del pueblo. Y en el pueblo recae la soberanía, es decir, nada por encima del pueblo. No obstante por definición, el Estado tiene el monopolio de la fuerza pública legítima. Ello es resultado del contrato social que “en teoría” pactamos todas las personas que habitamos una comunidad. Por lo tanto el Estado es el único capaz de ejercer la fuerza pública legítima, pero solo para garantizar la paz pública.
Como todo contrato, hay responsabilidades y beneficios. De ahí, que el Estado es el obligado a proporcionarnos seguridad pública. Y nosotros, como ciudadanía tenemos el derecho a vivir bajo un entorno seguro, armónico y pacifico. Sin embargo, no en pocas personas permea la sensación de que “lo único seguro, es la ausencia de seguridad”. Esta es una percepción preocupante, porque conlleva a la sensación de un abandono gubernamental. Ante ello ha sido la propia sociedad, quien ha buscando protegerse de la inseguridad y defenderse de los grupos delictivos.
Policías comunitarias ¿Estado fallido?
El surgimiento de los grupos de autodefensa, o de las policías comunitarias. No significa que estemos en medio de un Estado fallido. Más bien estos grupos surgen en un momento de crisis de Estado, ante el fortalecimiento de grupos delictivos, quienes están alterando la paz pública, ejerciendo altos niveles de violencia.
Por tal motivo, es entendible y legitimo, el surgimiento de las policías comunitarias. Algunas ya están siendo reconocidas por sus propias autoridades municipales, en pleno proceso de discusión y aprobación del mando único policiaco. Esto se debe, a las condiciones en que se encuentran la mayoría de los municipios en México, siendo el nivel de gobierno que cuenta con menores recursos, y quienes tienen que afrontar de manera directa, los problemas de violencia e inseguridad. Resintiendo en mayor medida el reclamo de la sociedad, de seguridad y paz
El pueblo se está armando, ¿contra la inseguridad o contra el mal gobierno?
El que grupos comunitarios se estén armando, pareciera ser una provocación al Estado mexicano. Sin embargo el surgimiento de estos grupos, es en realidad una crítica práctica, no a la implementación del mando único, sino a los altos niveles de inseguridad en la que aun se encuentra nuestro país.
Un gobierno democrático, no debe temer a un pueblo organizado y armado. Porque hoy se está demostrando que, el pueblo es un aliado natural en la lucha contra la delincuencia.
La preocupación debe ser la sensación presente, de un Estado ausente, que ha permitido que grupos delictivos, controlen algunas zonas del país.
Por ello, en este momento, debemos entender y considerar, que para garantizar un efectivo derecho a la seguridad, el primer paso será conformar cuerpos de seguridad, que tengan respaldo y confianza de la sociedad. Y que mejor, que sean, quienes viven la problemática, los encargados de vigilar y cuidar sus propias comunidades.
La policía comunitaria, permite mejorar los niveles de confianza hacia las corporaciones policiacas, mismas que se encuentran actualmente en crisis. Producto y resultado de una política que privilegio el combate frontal contra la delincuencia. Misma que no rompió, ni pretendió romper, los mecanismos de impunidad, que están asociados a la corrupción.
La importancia de las policías comunitarias, radica en que pueden ser verdaderas policías de proximidad, integradas por personas que forman parte del entorno, quienes son conocidas y reconocidas por la propia comunidad. Si queremos fortalecer al Estado, primero debemos fortalecer a la ciudadanía, pues somos quienes formamos al Estado. Las policías comunitarias no atentan contra el Estado de derecho, quien atenta contra el Estado de derecho, es la impunidad corrupción.
“Por una sociedad libre de discriminación y de violencia”
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