Feminicidios y feminicidas: ¿Los Florence Cassez de Tula?

 

VOZ CIUDADANA
Alfredo Alcalá Montaño

Los recientes casos de feminicidios en Tula, son una muestra evidente de un constructo social misógino. En la cual podemos observar la reproducción de conductas de odio hacia las mujeres, misma que se manifiesta en actos violentos y crueles, solo por el hecho de ser mujeres.
Qué no eran seriales, pero qué en serio sí.

Primero y firmemente el presidente municipal de Tula y otras autoridades descartaron la hipótesis de que fuera un asesino serial, que más bien, las víctimas fueron sembradas. Sin embargo a “los presuntos culpables” presentados, se les adjudican prácticamente todas las víctimas, es decir, que siempre sí eran seriales. Y entre declaraciones y presentados, la ciudadanía desconfía.
NO más presuntos culpables, no más Florence Cassez.

Lo que menos se necesita en este momento es la fabricación de culpables, o en todo caso, que salgan libres por un mal actuar de la policía como sucedió con el caso de Florence Cassez, la cual salió libre a pesar de haber sido declarada culpable por tres instancias judiciales, todo por no respetarse el debido proceso.
En el caso de los presuntos feminicidas de Tula, se debe comprobar su culpabilidad. Teniendo presente que la propia Declaración Universal de los derechos Humanos, en su artículo once, establece la presunción de inocencia. A si como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que de acuerdo al Pacto de San José, establecen las garantías del debido proceso (entre las que se encuentra la presunción de inocencia). Procedimientos que también se encuentran contenidos en la constitución mexicana. Si efectivamente son culpables, que se demuestre respetando el debido proceso.
Además, lo peor sería que no fueran los responsables de “todos” los feminicidios cometidos en los últimos meses en Tula. Porque la injusticia y sensación de inseguridad seguiría permeando en la sociedad.
De Tula a Acapulco, de Derecha a Izquierda.

Inoportunas declaraciones, que parecieran ser producto de la impunidad y la injusticia. Primero el presidente de Tula Jaime Allende minimiza las movilizaciones civiles, al decir que “no es la mayoría la que está inconforme por la inseguridad, y que de hecho los feminicidios, son actos aislados”. Sean siete, sea una sola, el cuerpo de las mujeres, no se toca, no se viola, no se mata.
Por otro lado, similares y lamentables declaraciones de Luis Walton, presidente de Acapulco, donde violaron a seis mujeres españolas y una mexicana, dijo “Es muy lamentable lo que ha sucedido, pero bueno, esto sucede en cualquier parte del mundo”.
Políticos que muestran poca sensibilidad ante la inseguridad actual. Declaraciones lamentables en medio de una lucha de la sociedad organizada, por el derecho a la seguridad de toda la sociedad.
Tipificar Feminicidios, costo político favorable.

La tipificación del feminicidio en el código penal del estado, no solo es un justo reclamo de la sociedad. Es parte de una deuda permanente para garantizar el derecho de las mujeres, y como los derechos humanos, son indivisibles, nos interesa a todas las personas que habitamos el estado, seamos hombres o sean mujeres.
El congreso tomo una decisión política en medio de un proceso electoral, decidió no tipificar el feminicidio, por el temor de que se considere a Hidalgo como un estado inseguro, situación que se pudiera ver reflejado en los resultados electorales. Sin embargo, tipificar el feminicidio, tendría un costo político favorable, pues habría mayores recursos, humanos, materiales y financieros, para garantizar a las mujeres de una vida libre de violencia.
Que mejor carta de presentación, que decir: en Hidalgo si luchamos y velamos por los derechos humanos de las mujeres.
Fortalecer al Instituto Hidalguense de las Mujeres.

Más allá de la presentación de los presuntos culpables, la problemática de los feminicidios o violencia feminicida, no terminara ahí. Ya que debemos insistir que estos casos son resultado de factores económicos, políticos y sociales.